
El beato Pier Giorgio Frassati, fallecido a la edad de 24 años en 1925, es amado hoy por muchos jóvenes católicos por su entusiasta testimonio de santidad que llega «a las alturas». / Crédito: Dominio público
Ciudad del Vaticano, 7 de julio de 2025 / 14:15 pm (CNA).
El ataúd que sostiene el cuerpo incorrupto del Beato Pier Giorgio Frassati estará en Roma para veneración durante el Jubileo de la Juventud del 26 de julio al 4 de agosto.
Según la Oficina del Jubileo del Vaticano, el ataúd se trasladará de la Catedral de San Juan Bautista de Turín, en la región italiana del Piamonte, a la Basílica de Santa María Sopra Minerva en Roma.
Frassati, originalmente programado para ser canonizado el 3 de agosto durante el Jubileo de la Juventud, ahora será declarado santo por el Papa León XIV el domingo 7 de septiembre, junto con el Beato Carlo Acutis.
Los restos de Frassati se exhibirán en la Basílica de Santa María Sopra Minerva en Roma hasta el 4 de agosto para que puedan ser venerados por los jóvenes que asistan a los actos jubilares del 28 de julio al 3 de agosto, cuando el Papa León celebrará la misa de clausura del jubileo juvenil en el campus de la Universidad Tor Vergata, en las afueras del sureste de Roma.
Las reliquias del joven bendito también estuvieron presentes en Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, Australia, en 2008, a petición del cardenal George Pell.
Frassati nació en una familia prominente en Turín en 1901. Equilibraba una vida profunda de fe con un compromiso activo en la política y el servicio a los pobres. Se unió a la Tercera Orden Dominicana, subió a los picos alpinos y distribuyó alimentos y medicinas a los necesitados en las partes más pobres de Turín.
Este fin de semana, ciudades en el norte de Italia marcado 100 años desde la muerte de Pier Giorgio Frassati, el 4 de julio de 1925, por poliomielitis.
Cuando se abrió el ataúd de Frassati durante su proceso de beatificación en 1981, se descubrió que su cuerpo estaba incorrupto o preservado del proceso natural de descomposición después de la muerte. Según la tradición católica, Santos incorruptibles Dar testimonio de la verdad de la resurrección del cuerpo y de la vida venidera.
