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Fila superior de izquierda a derecha: Niña Ruiz Abad, Marcelo Henrique Câmara, Hermana Cecilia Marâa de la Santa Faz. Fila inferior de izquierda a derecha: VÃctor Manuel Schiavoni, Chiara Badano, Rebeca Rocamora. / Crédito: Cortesía de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas, Arquidiócesis de Florianópolis (Brasil), Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, Películas Custodia, Fondazione Chiara Badano y la Arquidiócesis de Paraná
Sala de prensa de Lima, 17 de febrero de 2025 / 06:00 am (CNA).
Además de algunos jóvenes millennials que ahora están en camino a la santidad, también hay siete miembros de la Generación X —nacidos entre 1965 y 1980— que, a pesar de su corta vida, dejaron un profundo legado de fe y son un ejemplo de santidad para las nuevas generaciones.
A continuación se presentan los perfiles de los siete, algunos ya beatificados y otros en proceso de beatificación.
1. Niña Ruiz Abad

Niña Ruiz-Abad Nació el 31 de octubre de 1979, en Quezon City, Filipinas, y desde una edad temprana mostró una fe profunda. Criada junto a su hermana Mary Anne, perdió a su padre a la edad de 3 años y en 1988 se mudó con su madre a Sarrat en la provincia norteña de Ilocos Norte.
Ruiz-Abad se destacó por distribuir rosarios, Biblias e imágenes de santos, y amó especialmente la Eucaristía. A la edad de 10 años fue diagnosticada con miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad cardíaca que padeció con serenidad y alegría hasta su muerte el 16 de agosto de 1993, a la edad de 13 años, después de sufrir un paro cardíaco en la escuela.
Su tumba en Sarrat se ha convertido en un lugar de peregrinación.
El 16 de marzo de 2024, el Vaticano concedió el «nihil obstat» («nada se interpone en el camino») por abrir su causa de beatificación. Con este reconocimiento, Ruiz-Abad se considera ahora un «siervo de Dios».
Su causa de canonización fue inaugurado oficialmente 7 de abril de 2024. Si su causa progresa y se reconocen los milagros atribuidos a su intercesión, podría convertirse en una de las santas más jóvenes de la historia de la Iglesia Católica.
2. Marcelo Henrique Câmara

Marcelo Henrique Câmara nació el 26 de junio de 1979, en FlorianÃ3polis, Brasil. Era un joven brillante comprometido con su fe, un graduado de derecho que trabajó como fiscal del estado. Su conversión ocurrió durante un retiro de Emaús.
Fue catequista, ministro extraordinario de la Eucaristía y miembro del Opus Dei, encontrando en la espiritualidad de san Josemaría Escrivá la clave de la santidad en la vida cotidiana. A pesar de ser diagnosticado con leucemia, ofreció su sufrimiento con alegría y esperanza hasta su muerte el 20 de marzo de 2008, a la edad de 28 años.
El proceso de beatificación de Câmara comenzó oficialmente el 8 de marzo de 2020, cuando el Dicasterio para las Causas de los Santos concedió a la Arquidiócesis de FlorianÃ3polis el «nihil obstat» para investigar su causa.
El postulador de la causa, el padre Vitor Galdino Feller, enfatizó que Câmara da testimonio de que la santidad es posible en la juventud y sirve de ejemplo para aquellos que buscan vivir la fe en medio del mundo.
3. Hermana Cecilia María de la Santa Faz

Hermana Cecilia María de la Santa Faz Nació el 5 de diciembre de 1973, en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, Argentina. Ingresó a los Carmelitas Descalzos de Santa Fe a la edad de 24 años, hizo sus primeros votos a los 26, e hizo sus votos finales en 2003.
Enfermera de profesión y violinista, se destacó por su alegría y sonrisa siempre presente, incluso durante su batalla contra el cáncer de lengua con metástasis pulmonares. Durante este momento difícil, continuó orando y ofreciendo sus sufrimientos, convencida de que estaba cerca de su encuentro con Dios. Falleció en Buenos Aires en la madrugada del 23 de junio de 2016.
En enero de 2025, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz en Argentina, Sergio Fenoy, decretó el inicio de la causa de beatificación y canonización.
En 2024, al firmar el edicto para iniciar el proceso previo a la causa, el prelado destacó el testimonio del «amor y confianza en Jesucristo, incluso en medio de las pruebas más difíciles» de la monja, asegurando que «ha despertado en muchos corazones el deseo de un mayor compromiso con la vida cristiana».
4. Rebeca Rocamora

Rebeca Rocamora fue una joven catequista de Granja de Rocamora en España conocida por su fe, alegría y dedicación a los demás a pesar de la difícil enfermedad que la acompañó desde la infancia.
Nacida en 1975, se destacó por su inocencia y vitalidad, e incluso cuando se enfrentaba a una grave enfermedad que comenzó a manifestarse a la edad de 10 años, nunca perdió la fe. Su vida se convirtió en testigo de la humildad y la caridad, dejando una marca indeleble en la familia, amigos y vecinos. Su ejemplo de santidad y fortaleza fue coronado en el contexto solemne de Pentecostés, cuando murió a la edad de 20 años.
El proceso de canonización de Rocamora, iniciado en 2009 por el entonces obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, ha avanzado significativamente. Después de completar la fase diocesana, se compiló exhaustivamente la documentación sobre su vida, virtudes heroicas, reputación de santidad y signos de milagros.
Estos documentos han sido enviados al Dicasterio para las Causas de los Santos, marcando el siguiente paso en su camino hacia la santidad.
5. Chiara «Luce» Badano

Chiara «Luce» Badano (1971-1990) fue una joven italiana conocida por su testimonio de amor y fe en medio del sufrimiento. Miembro del movimiento de los Focolares, desde muy joven tuvo una profunda vida de oración y un gran compromiso con la caridad. A los 16 años, le diagnosticaron osteosarcoma, una enfermedad que ofreció a Dios, rechazando la morfina para permanecer lúcida para poder orar.
En sus últimos meses, dedicó su tiempo a ayudar a otros e incluso donó sus córneas para que otros pudieran ver. Su vida, marcada por la alegría, ha inspirado a miles de jóvenes de todo el mundo.
Chiara fue beatificado El 25 de septiembre de 2010, en una ceremonia celebrada en Roma con la participación de miles de jóvenes de varios países. Es la primera bendecida del movimiento de los Focolares.
6. Víctor Manuel Schiavoni

Victor Schiavoni nació el 24 de noviembre de 1977, en el distrito argentino de Nogoya. A la edad de 14 años, se trasladó a Paraná para completar sus estudios en el Seminario Menor de Nuestra Señora del Cenáculo.
Con una profunda vocación religiosa, buscó la vida contemplativa y se confió a la Virgen María para discernir su vocación. Durante una peregrinación a Luján en 1995, expresó su deseo de ofrecer su vida a la Virgen. Poco después, comenzó a experimentar dolor en el cuello, lo que llevó al diagnóstico de leucemia. A pesar del sufrimiento, aceptó su enfermedad con serenidad, afirmando: «Si la Virgen me lo envía, lo acepto. No me voy a quejar».
Durante su hospitalización, Víctor se distinguió por su alegría, paciencia y generosidad, priorizando siempre el bienestar de los demás. Enfrentó su enfermedad sin quejarse y mantuvo una profunda vida de oración. El 7 de septiembre de 1995, a la edad de 17 años, murió, dejando un testimonio de fe que impactó a quienes lo conocieron.
Su deseo de ser enterrado con el alba de un seminarista reflejaba su convicción de que había respondido a la llamada de su vocación. Su legado inspiró la apertura de su causa de beatificación, anunciada el 8 de mayo de 2023, por la Arquidiócesis de Paraná.
7. Carlos Rodolfo Yaryez

Carlos Rodolfo Yaryez nació en Paraná, Argentina, el 29 de marzo de 1966, en una familia cristiana que dio forma a su futuro. Su vida se caracterizó por una búsqueda constante de Dios, que lo llevó a involucrarse en la Acción Católica Argentina, donde se destacó por su compromiso apostólico y su liderazgo.
Su testimonio de fe se hizo aún más evidente cuando, tras ser diagnosticado con leucemia, aceptó su enfermedad con profunda confianza en la voluntad de Dios. A lo largo de su vida, cultivó una intensa espiritualidad basada en la Eucaristía, la adoración y la devoción a la Virgen María. Murió el 30 de octubre de 1990, conocido por su santidad.
El 8 de mayo de 2023, la Arquidiócesis de Paraná anunció la apertura de su causa de beatificación, reconociendo su testimonio de dedicación y amor cristiano. Su memoria sigue viva en lugares donde pasó partes significativas de su vida, incluida la sede de Acción Católica y el Hospital St. Martin, donde se han colocado placas en su honor.
Esta historia fue publicado por primera vez por ACI Prensa, socio de noticias en español de CNA. Ha sido traducido y adaptado por CNA.
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