Conviértase en un estudiante de la Biblia
La Biblia es el manual de instrucciones de Dios para vivir con éxito. También es una carta de amor del Creador del Universo para ti y para mí. Tiene el poder de cambiar tu vida, sanar tu matrimonio y proporcionar esperanza para tu futuro. Puedes leer la Biblia en menos de una hora al día si eres intencional al respecto. Estos son algunos pasos sencillos para ayudarle a empezar:
1) Consigue una Biblia
2) Encuentra un lugar para leer donde no te interrumpan
3) Crear un plan de lectura
4) Leer durante 15 minutos cada día
5) Lee con la pluma en la mano para que puedas subrayar o tomar notas a medida que avanzas
Estudia la vida de Jesús
Jesús era un hombre poderoso. Él era el Hijo de Dios, después de todo. Tenía una presencia que requería atención y obediencia. Y no tenía miedo de decir lo que pensaba ni de defender lo que creía. Tenía un mensaje simple, pero pudo llegar a personas de todos los ámbitos de la vida y mostrarles cuánto los amaba Dios. Jesús sabía cómo ser poderoso, y nos dejó muchas lecciones sobre cómo podemos hacer lo mismo. Jesús fue el ejemplo perfecto de lo que significa ser un verdadero seguidor de Dios. Vivió una vida de amor y servicio, y lo demostró en todo lo que hizo. La Biblia nos dice que Jesús fue obediente a su Padre en el cielo, y también fue obediente a sus padres terrenales. Era humilde, amable y compasivo, y siempre buscaba ayudar a los pobres y necesitados. Al estudiar la vida de Jesús de manera regular, estás estudiando la plantilla de lo que significa ser un cristiano perfecto.
Practica la Oración
La oración es lo más importante que puedes hacer para convertirte en un cristiano poderoso. Jesús dijo: «Les aseguro que todo aquel que tenga fe en mí hará lo que yo he hecho. Él hará cosas aún mayores que estas, porque voy al Padre». (Juan 14:12) Este versículo nos dice que cuando oramos, estamos haciendo lo que Jesús hizo. La oración no es solo un ejercicio espiritual; Es un acto de amor y obediencia. La oración es una cosa poderosa, y se puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento. Es una gran manera de conectarse con Dios y obtener su perspectiva sobre las cosas en su vida. También es una gran manera de encontrar la paz y el alivio del estrés. La oración no es solo para cuando estás en problemas o necesitas algo; Es una forma de vida.
Leer y actuar sobre las Escrituras
«La Biblia es el libro más importante jamás escrito. Es el libro que ha tenido más impacto en más personas que cualquier otro libro de la historia». - Billy Graham
Leer y actuar según las Escrituras puede ayudarte a convertirte en un cristiano poderoso. Puedes leer la Biblia por ti mismo o con un grupo, y también puedes orar o meditar en ella. La Biblia no solo te ayudará a saber qué hacer, sino que también te ayudará a saber quién ser.
Si no está seguro de por dónde empezar, pruebe el Nuevo Testamento. También puede escuchar las Escrituras en su teléfono o computadora. Lea la Biblia diariamente y reflexione sobre lo que lee. Es posible que desee tratar de leer un versículo cada día, y luego reflexionar sobre él durante todo el día. Actúa según lo que leas. Si lees un versículo sobre dar, entonces regala algo.
Sé un ejemplo para los demás
La mejor manera de mostrar a la gente el amor de Cristo es ser un ejemplo vivo. Es genial hablar de Dios, pero si quieres que la gente entienda realmente, tienes que vivir lo que dices.
Recuerde, Jesús dijo que debemos ser la luz del mundo. Esto significa que debemos ser una luz positiva en las vidas de quienes nos rodean. Podría ser algo tan simple como ser amable con alguien que está teniendo un mal día o darle a alguien un cumplido cuando menos lo esperan.
Servir a los demás. Cuando servimos a los demás, no solo estamos haciendo algo por ellos, sino que también estamos haciendo algo por nosotros mismos. Servir a los demás puede hacernos sentir necesitados y apreciados. También puede hacernos sentir satisfechos cuando sabemos que nuestro tiempo y nuestros esfuerzos están marcando la diferencia en la vida de alguien.
Comparte tu fe con los demás. Si has sido bendecido con una fe fuerte, ¡no te la guardes para ti! Comparta su fe con los demás invitándolos a la iglesia, contándoles sobre el amor de Dios por ellos, o incluso simplemente orando por ellos.
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